Desde hacía mucho tiempo, el valle de México había visto nacer y desarrollarse numerosas civilizaciones. Una de ellas se estableció al norte de la actual capital. Desde el primer siglo antes de nuestra era fue edificada una inmensa ciudad: Teotihuacan, "el lugar donde los dioses nacieron". Esta civilización vivió hasta el siglo octavo. Veneraban el Sol, la Luna y otros numerosos dioses, como Quetzalcoatl, la serpiente con plumas. Teotihuacan influenció con su arte y su misticismo toda el área de población meso-americana. Después se derrumbó misteriosamente, no dejando a las futuras civilizaciones más que las ruinas de su ciudad fabulosa para contemplar.
Poco tiempo después de la caída de Teotihuacan, unos bárbaros chichimecas venidos del norte se implantaron en el Valle de México, donde erigieron su capital hacia el 856: Tula. Según la tradición, diez reyes-sacerdotes se sucederían hasta 1168, desarrollando lo que llamaríamos el Imperio Tolteca. El más célebre de sus reyes fue Acatl Tolpitzin, hijo del dios celestial Mixcoatl y de la diosa de la tierra Chimalman. En 977 fue elegido rey bajo el nombre de Quetzalcoatl, la serpiente con plumas. Pero una guerra civil iría muy pronto a oponer a los partidarios del dios Tezcatlipoca con los de Quetzalcoatl, quien se oponía a los sacrificios humanos. El rey-sacerdote fue expulsado de Tula y sus fieles se dispersaron por el valle y se aliaron con otras tribus Nahuas. Integrando las tribus nómades venidas del Norte, Tula se desarrolló hasta 1165, año en que la ciudad fue arrasada por un incendio durante una última invasión chichimeca. Los toltecas emprendieron entonces la huida, e influenciaron numerosas ciudades tales como Texcoco, Coyoacan, Azcapotzalco, Culhuacan, Chalca y Xochimilco.
Tal era la situación cuando en el siglo trece un grupo de chichimecas venidos del norte hizo su aparición en el valle de México. Se les llamó los Méxicas o Aztecas. Ellos reivindicaron su pertenencia a las Siete Tribus Nahuas, que procedían del mítico Chicomotzoc, las Siete Cavernas, el lugar donde nació el mundo. Según la leyenda los aztecas vivían en Aztlan, una isla que se encontraría cerca de la frontera con los Estados Unidos actuales. Siguiendo las indicaciones de su dios tutelar Huitzolopochtli, migraron desde 1168 para ir a fundar su nueva capital. Pero los aztecas llegaron al Valle de México bastante tardíamente y debieron hacer frente a las otras tribus Nahuas que los consideraban como indeseables. A partir de 1256, ellos ocuparon algún tiempo la colina de Chapultepec, al borde del lago Texcoco; pero muy pronto fueron expulsados por los guerreros de Azcapotzalco. Se refugiaron entonces en las tierras de la ciudad de Culhuacan, que les concedió en 1299 un territorio en la región de Tizapan. Pero el entorno era muy hostil, infectado de serpientes, y los de Culhuacan pensaron así deshacerse de sus huéspedes indeseados. Sin embargo, los aztecas se adaptaron a la región e hicieron de las serpientes su alimento. Después se unieron con las mujeres de Culhuacan, obteniendo así un parentesco con esta tribu de origen tolteca.
En 1323 su dios Huitzilopochtli les ordena ir a buscar a la hija del rey de Culhuacan, para que ella sea su diosa de la guerra, Yaocihuatl. El rey acepta sin imaginar el funesto propósito de los aztecas: la muchacha fue sacrificada y un sacerdote se vistió de su piel. El rey de Culhuacan, que había venido para asistir a las festividades en honor de la nueva diosa, fue preso del horror y declara la guerra a los aztecas. Una vez más los Mexicas debieron huir, cuando en 1325 vieron el lugar donde Huitzilopochtli les había ordenado construir su ciudad. En ese lugar se encontraba un águila devorando una serpiente sobre un cactus. Era el fin del largo peregrinar del pueblo azteca en la búsqueda de su "tierra prometida". Sobre un islote del lago Texcoco, propiedad de la ciudad de Azcapotzalco ellos fundaron la villa de México- Tenochtitlan. Para ampliar su dominio, debieron construir jardines flotantes, los Chinampas. Pero los aztecas debían pagar pesados tributos a los Tepanecas de Azcapotzalco. Poco tiempo después de la fundación de Tenochtitlán, construyeron sobre un islote vecino una ciudad gemela llamada Tlatelolco.
Varios años transcurrieron durante los cuales la ciudad fue gobernada por los ancianos o los sacerdotes. Un día, en busca de una ascendencia noble, de un origen tolteca, los aztecas suplican al rey de Culhuacan de cederle su hijo, a fin de que él fuera su soberano.
Es así que en 1376 Acamapichtli, Acamapichtli, hijo del señor de Culhuacan, fue elegido como primer Tlatoani (rey-sacerdote) de los Aztecas. Durante su reinado, Tenochtitlan prosiguió su edificación, pero la ciudad permanecía tributaría de Azcapotzalco. Sin embargo, los Aztecas se afirmaron cada vez más en el arte de la guerra combatiendo al lado de los Tepanecas.
A la muerte de Acamapichtli en 1396, lo sucedió su hijo Huitzilihuitl. Casado con una de las hijas de Tezozomoc, soberano de Azcapotzalco, obtuvo de éste último que alivie los impuestos. Además Tezozomoc se mostraba lleno de atención por su nieto Chimalpopoca. Los aztecas aprovecharon de este período de paz con sus vecinos Tepanecas para consolidar su sociedad. Una sociedad que se apoyaba tanto sobre los principios religiosos emanados de los toltecas como sobre los usos y costumbres del pueblo Mexica.
Pero numerosas eran las ciudades del lago que veían con malos ojos la expansión de Tenochtitlan. Cuando, a la muerte de su padre, el joven Chimalpopoca fue elegido tercer Tlatoani en 1415, varias tribus Tepanecas mostraron abiertamente su hostilidad. Y en 1426, cuando murieron Tezozomoc, rey de Azcapotzalco, y Chimalpopoca, rey de Tenochtitlan, las dos fuerzas más poderosas del valle de México estaban a punto de enfrentarse.