El Calendario Solar Azteca



La Piedra del Sol de les Aztecas


La pierre de Tizoc


Astrología Azteca


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Atención: los círculos 5, 6 y 7 están muy próximos.


Descripción de la Piedra del Sol


He aquí un ejemplo de la integración de los conocimientos de las funciones del calendario solar y estelar.
Clave de la mitología y del simbolismo de la América precolombina, la Piedra del Sol fue descubierta a fines del siglo XVIII en la ciudad de México durante los trabajos de construcción de la nueva catedral. Se encuentra sobre la pirámide doble de Tenochtitlan, dedicada a Tlaloc, y Huitzilopotchli, dioses de la lluvia y de la guerra, pero que son al mismo tiempo, los dioses del Hombre nuevo y de la guerra florida.
Se trata de una piedra basáltica circular de 3,59 m. de diámetro, de un peso de 25 toneladas, esculpida y trabajada con un arte incomparable. Datando de la época de Axayacatl, sexto rey azteca, ella es sin duda una réplica de una piedra original más antigua que estaría perdida en un lago situado en nuestros días al costado del Museo Antropológico de la ciudad de México.

La Piedra del Sol, llamada a menudo "calendario azteca" pero cuyo verdadero nombre es "Cuauhxicalli", que significa "receptáculo del Águila", es no solamente un calendario sino también una piedra conmemorativa de una fecha sagrada: porque, como las estelas mayas, ciertas piedras aztecas recuerdan una fiesta ritual celebrada cada 52 años: la fiesta del Fuego Nuevo. Los Aztecas colocaban estas piedras en el Templo Mayor, el Templo doble.
En particular, sobre esta Piedra del Sol estaba gravada la fecha del Acatl que marca la Fiesta del Fuego Nuevo en el año 1479.

La Piedra está compuesta de 8 círculos concéntricos que forman coronas circulares. En el círculo exterior que rodea el todo, dos serpientes se reúnen, cabeza abajo, escupiendo, tales dos rostros representando el día y la noche (Tonatiuh-Xiutecutli). En tanto que octavo movimiento de inercia, ellas fijan los límites del mundo visible.

La Piedra del Sol puede ser descifrada de dos maneras: sea partiendo del borde externo, sea del centro. Comenzaremos por explicar el círculo exterior que da el contexto general, después leeremos a partir del centro, corazón del calendario.

Las dos serpientes que hemos descrito en el círculo exterior, no son más que dos aspectos de una misma cosa. Las serpientes, una diurna, una nocturna, representan el cielo en todos sus diferentes aspectos.
La energía era captada por el octavo movimiento. Para los Aztecas, desprendía una fuerza particular: una energía proveniente del Universo que se encarnaba en el Espacio-Tiempo para entrar en resonancia con la Tierra.
Esta energía, reuniendo las fuerzas del Universo y las de diferentes cielos, era distribuida por el sol que es la fuente de vida de nuestro sistema planetario.

En la Piedra del Sol, encontramos esta distribución concéntrica, a adaptar en función de los planetas, como lo indicaba el calendario azteca. Las dos serpientes divididas en 13 segmentos (13 cielos) son la imagen del Universo que contiene todo. Son el yin y el yan, el día y la noche que nos envuelven. Son también la Vía Láctea, la galaxia que contiene nuestro sistema solar en medio de tantas otras. Para los Aztecas, la Vía Láctea representa la fuerza de expansión más grande con respecto al hombre, antes de llegar a la Totalidad Absoluta.

El intermediario entre el Hombre y las estrellas es el Sol, centro del sistema de relaciones planetarias y en consecuencia, centro de la Piedra del Sol. Es este centro que capta directamente las energías cuyo punto de partida se situaba en el 13 Acatl.

Es así que el Sol central (5o sol) se vuelve centro de vida asimilando y difundiendo las energías, mientras que las dos serpientes Xiucoatl constituyen el círculo formal que limita y rodea la creación.
El movimiento del centro de la Piedra hace actuar el sistema en su doble rol de captación (polaridad -) y de don (polaridad +).
Esta doble polaridad produce un movimiento en quinconce, tal una svástica, creando así las "zonas de influencia" o círculos concéntricos.
Pero cada corona tiene también su movimiento propio debido a su propia aceleración; sin embargo los movimientos serán cada vez más lentos a medida que el alejamiento del centro es más importante.
Llegamos así a una inmovilidad "relativa" que da la apariencia del límite fijado por las grandes constelaciones.

La Piedra del Sol sintetiza el movimiento y el no-movimiento, lo que está al interior y lo que está al exterior, a fin de reunir el centro y el exterior. Esta síntesis resulta de la relación círculo exterior-centro, que da la fuerza centrípeta, y de la relación centro - círculo exterior, que da la fuerza centrífuga.
En efecto lo que está en el centro tendería a emanar (función dinámica), lo que es periférico tendería a fijarse (función conservadora), si quieren armonizar y existir.

Los círculos concéntricos están divididos como sigue:

1er Círculo: el círculo central, representado por el rostro del Sol Ollin Tonatiuh y sus dos garras, que toman unos corazones para fijarse al universo. Es símbolo de vitalidad y de "movimiento inmóvil".
Su lengua materializada por un cuchillo de obsidiana simboliza el sacrificio de sí mismo, fuente de vitalidad y de creación de la quinta era.

2o Círculo: los brazos de la cruz o quinconce están formados por los glifos de las cuatro eras precedentes, ligadas a los cuatro elementos, donde aparecen las fechas correspondientes al fin de las Eras Cosmogónicas del calendario: Este círculo gira de izquierda a derecha, siguiendo el movimiento aparente de las estrellas.

3er Círculo: Está compuesto de los 20 días del mes y gira de la misma manera que el precedente. El año civil estaba compuesto de 18 meses de 20 días, que se ligaban con los 13 meses del calendario mágico. La perfecta correspondencia entre los dos calendarios se restablecía cada 52 años, cuando las dos ruedas del calendario se reencontraban en su punto inicial. Los 20 días del mes estaban igualmente ligados al cuerpo humano, en las tradiciones maya y nahuatl. Para los Mayas, la unidad de 20 días se llamaba Uinal.
El Uinic era el hombre verdadero, el que encarnaba sus potencialidades. Las 4 palas del segundo círculo señalan los 4 días que abren el año: Acatl, Tecpatl, Calli, Tochtli.

4o Círculo: Está formado por los 8 rayos del Sol y muestra la relación entre el Sol y Venus. El escudo del Sol resume este contacto, representado en el Código Borbonicus por el encuentro del jaguar y el perro (mito de Quetzalcoatl). Su posición intermedia indica su rol de fijador. Este círculo está compuesto de 40 cuadrados con quinconces en cada uno de ellos. Recordemos que 5 revoluciones de Venus equivalen a 8 de la tierra (5 x 8 = 40; 8 x 365 = 5 x 584). 40 revoluciones de Venus equivalen a 126 revoluciones de Mercurio con una diferencia de 9 días.
En la Piedra del Sol, los 40 cuadrados, los 5 puntos en cruz y las 8 ciudades más arriba hacen referencia a las señales de Quetzalcoatl. Los 5 puntos hacen alusión a su hermano gemelo, Mercuri-Xolotl, pues 5 revoluciones de Mercurio equivalen a una revolución de Venus. Venus es llamado Quetzalcoatl, Totonametl, Tlahuizcapantecutli, Hun ahau, Hun abou, Kukulcan.

5o Círculo: está ligado al planeta Marte, cuya revolución sinódica de 780 días equivale a 260 x 3. El culto de Tlaloc, el agua hirviente, es tan viejo como el de la luna Tecciztecatl Tezcatlipoca, y más viejo que el de Quetzalcoatl.
Tlaloc es llamado Xipe bajo la forma de Tlatlauquitezcatlipoca, espejo rojo que fuma, dios estelar; en Copan, >, encontramos un templo representativo con 7 escalones, lugar de culto a Quetzalcoatl y a Tlaloc, es decir al hombre interno que fija sus principios ígneos. De ahí, viene la relación mística entre el viento y la lluvia. Tlaloc personifica igualmente los 4 Chacs o guardianes de los rincones que administran las lluvias; no hay que comprender solamente la lluvia en su sentido material sino también como precipitación de principios formativos. Tlaloc está así en relación con el principio de generación del grano que se vuelve planta. Se llama igualmente "el rocío del cielo", o "los dones del cielo". Marte es venerado al oeste como Balam Zacab y al Este como Cansiemal. Es mencionado como estrella doble porque se acerca y se aleja de ciertos monolitos. El planeta Marte es entonces el gran diferenciador y separador de mundos, similar al rayo místico del fuego que abre las aguas primordiales, tal la reja del arado que traza en la tierra los surcos donde se introduce el grano de la manifestación. La cifra 17 es importante en los actos de Marte, porque es la última luz de sensibilidad vespertina y la primera luz de sensibilidad matutina.

6o Círculo: corresponde al planeta Júpiter, la joya del cielo, a Tezcatlipoca como cielo estrellado y la noche, Yay Uhqui. Para los Mexicanos, Tezcatlipoca, el Espejo Negro, está profundamente ligado a Tecciztecatl (la luna) y a veces se confunden. El es sin cesar el rival de Quetzalcoatl ya que se niega a dar el fuego. Aparece como Tepeyotl, el corazón del monte (Jaguar) al que es consagrado el mes de los Muertos, el mes del esfuerzo y de la sequía. Tezcatlipoca está igualmente ligado a la Osa Mayor, de la cual desaparece una estrella en el horizonte durante un período del año. Es porque un mito de Tezcatlipoca cuenta que éste perdió un pie con el cual fue creada la tierra. Tezcatlipoca es representado por dos serpientes negras o blancas según la ocasión. En este sexto círculo, Tezcatlipoca está compuesto de 8 colgantes representando el cuadrado Venus-Marte, 3 plumas y el punto de Chalchuitlicue ; encontramos el mismo símbolo en el Sol, bajo forma de 2 cuadrados, 5 plumas y un punto concéntrico.

Los círculos 5, 6, 7 están estrechamente ligados porque constituyen la unidad Marte-Júpiter-Saturno. Saturno y Marte forman dos franjas sucesivas que enlazan los días y la Vía Láctea. Ellas establecen así la relación entre el mundo planetario y el mundo estelar. Las flechas solares reúnen los 4 círculos exteriores y los 4 círculos interiores y tocan con sus puntas la octava franja, la de la Vía Láctea.

7o Círculo: el Círculo de Saturno. Esta franja compuesta de 28 pequeños arcos (que recuerdan las vértebras de la serpiente) está dedicado a Saturno. En efecto, Saturno realiza 28 revoluciones sinódicas en casi 29 años trópicos. En la mitad de este tiempo, se cuentan 9 revoluciones de Venus. Saturno es el compañero de Quetzalcoatl y de Tlaloc Xipe. El es Xiutecutli, el Señor del Fuego, llamado igualmente Huehueteotl e Ixcozauhqui a quien acompaña Cihuacoatl (mujer serpiente), hermana de Huitzilopochtli, Dios de la guerra. Saturno está en relación con la guerra de supervivencia. Como Xiutecutli-Ayamictlan, su emblema es la mariposa, símbolo de la llama. "La maldición le transforma en perro", llamado entonces Mictlantecuhtli, Dios de los Infiernos, ligado al glifo 9 (perro). Ixcozauhqui (Ix: ojo, Zauhqui: amarillo) es el símbolo del ojo maléfico de Saturno en oposición al ojo rojo de Marte. Era el dios lento. Xiutecutli representaba la lluvia de estrellas o la lluvia de fuego estelar. Presidía el primer mes (Izcalli).

8o Círculo: es el círculo de la Vía Láctea. La Piedra del Sol está limitada por dos semi-círculos con forma de serpientes en llamas, Xiucoatl, representando la Vía Láctea. Las dos serpientes nacen del jeroglífico del 13 Acatl que indica la fecha de la celebración del Fuego Nuevo. Las colas de las serpientes, sus escamas (12 de cada lado), sus cabezas, representan los diversos cielos. La Piedra del Sol conmemora un ciclo de 52 años, el momento del Fuego Nuevo (13 Acatl) cuando las estrellas indican por la constelación de las Mamashuastli que la Vida va a reanudarse.
Las estrellas crean así un vínculo entre el hombre y los fenómenos, no solamente agrarios sino cósmicos. Esta energía doble se desdobla en dos serpientes, que dibujan el eje vertical de la piedra entre sus colas y sus cabezas. El diámetro horizontal está indicado por las garras del Sol, que intentan fijarse al corazón del cielo. Los dos ejes crean las 4 direcciones del espacio, apuntadas por las 4 flechas del escudo solar. Una representación confirma la noción del combate perpetuo que mantiene la vida del sistema. De la garganta de las dos serpientes cornudas (cuyos cuernos en 7 círculos nos señalan las Pléyades y la Gran Osa), se ven surgir los rostros de Tonatiuh, el Sol, en su camino Este-Oeste (a la derecha), y de Xiutecutli como Saturno, el Tiempo y la Noche, en su recorrido Oeste-Este. Su interpenetración da el octavo movimiento.

Los 20 días del mes, en lenguas maya y azteca

  1. IMIX = CIPACTLI = Cocodrilo: está en relación con el dios Tonatecutli, dios de la vida. Se refiere al origen femenino de la vida, al fluido vital. Su hieroglifo sugiere una mama, símbolo de la madre-tierra, equivalente a Cipactmal, la abuela de los dioses que hacía hechizos o brujerías en medio del maíz.
  2. IK = EHECATL = Viento: el Dios Quetzalcoatl. Su hieroglifo es una "T", forma simplificada de la cruz de fuego. Significa el soplo divino, el viento.
  3. AKBAL = CALLI = Casa: en relación con el dios Tepeyollotl, corazón de las montañas y dios de las grutas, y Tlazolteotl, Señora de la Tierra, diosa de la materia, de la muerte (espiritual) y de la vida física (en relación con los partos). Es el abismo primordial, la oscuridad y la ignorancia.
  4. KAN = CUETZPALLIN = Lagarto: ligado al dios de la danza Huehuecoyotl. Su danza formaba el "filet de maíz", en relación con el color amarillo del maíz maduro.
  5. CHICCAN = COATL = Serpiente: ligado a la diosa Chalchiutlicue, la serpiente abuela (la diosa de la tierra).
  6. CIMI = MIQUIZTLI = Muerte: en relación con Tecciztecatl, la diosa de la luna . Era representada también por un diente, en el sentido de la vitalidad o de la fecundidad.
  7. MANIK = MAZATL = Cabrito: relacionado con el dios Tlaloc.
  8. LAMAT = TOCHTLI = Conejo: en relación con Mayauel, diosa del maguey (agave), simboliza la acción de ahogarse.
  9. MULUC = ATL = Agua: ligado a Xiutecutli, divinidad abstracta, el fuego escondido en el fondo de las aguas. Antiguamente Mictlan, lo que no es jamás destruido ni creado.
  10. OC = ITZCUINTLI = Perro: en relación con Mictlantecuhtli, el señor de los muertos. En relación con la novena casa de donde él traerá los huesos (como Xolotl) que permitirán la creación de la próxima humanidad.
  11. CHUEN = OZOMATLI = Mono: ligado al dios Xochipilli, señor de las flores, de los cantos y de la alegría.
  12. EB = MALINALLI = Hierba: ligado a Apatécatl, dios del vino de maguey, una especie de Baco. Su hieroglifo es la escalera equivalente al día maya representado por la cabeza de un tigre.
  13. BEN = ACATL = Caña: en relación con Tezcatlipoca-Ixquimili, el que aplica los castigos.
  14. IX = OCELOTL = Jaguar: ligado a Tlazolteotl, se refiere a la luna y a los magos.
  15. MEN = CUAUHTLI = Aguila: ligado a Xipe Totec. Sacerdote, está en relación con el culto del sol y con el águila como símbolo del Este.
  16. CIB = COZCACUAUHTLI = Buitre: ligado a Itzapapalotl, la mariposa de obsidiana.
  17. CABAN = OLLIN = Movimiento: ligado a Xolotl, el dios de los gemelos, Mercurio y Venus. Es el movimiento o temblor de la conciencia en su nacimiento, por la destrucción de la personalidad, prisión del alma.
  18. EZNAB = TECPATL = Cuchillo de sílex: dedicado a Chalciutotolin, el pavo real, suerte de sol de tierra en relación con el culto de la luna (la madre) y el sacrificio.
  19. CAUAC = QUIAHUITL = Lluvia: en relación con Tonatiuh, el dios del sol; Quiahuitl es el movimiento y el retorno del sol con el alba. Se le traduce también por "nublado" o "tempestad". Su nombre maya está en relación con el ruido que anuncia la lluvia: uac.
  20. AHAU = XOCHITL = Flor: dedicado a Xochiquetzal, la diosa de las flores. Este signo se refiere también a la primera veintena, y se representa con una flor o una concha recortada, que en este caso recuerda al señor del Viento, Hunahup, último día del calendario maya del Sur, día cuando éste descendió a los infiernos y venció a los señores de Xibalba. La flor era el símbolo del alma y del sol cuando tenía 4 pétalos. Era el "corazón florido". Era el símbolo de la llama siempre ardiente de la Lluvia de Fuego, como Xochiquetzalpapalotl, la flor-pájaro-mariposa, de color azul, verde, rojo y oro. Las alas son azul turquesa, los ojos son rojos y las cejas azules, en relación con Venus como diosa del Amor en sus dos aspectos.

Los veinte días del mes correspondían a los siete Cuerpos Celestes, dadores de vida, distribuidos en tríadas y díadas :

1. Cipactli - 2. Ehecatl... Venus - 3. Calli - 4. Cuetzpallin - 5. Coatl... Saturno - 6. Miquiztli - 7. Mazatl - 8. Tochtli... Luna - 9. Atl - 10. Itzcuintli - 11. Ozomatli... Marte - 12. Malinalli - 13. Acatl - 14. Ocelotl... Júpiter - 15. Cauhtli - 16. Cozcacuahtli - 17. Ollin... Sol - 18. Tecpatl - 19. Quihuitl - 20. Xochitl.. Mercurio/Mercurio/Venus.

Descripción proveniente de la obra de Fernand Scharz, "Les Traditions de l'Amérique ancienne", Ediciones Dangles.



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