Cristóbal Colón y el descubrimiento de América



I. De Génova a Lisboa


Cristóbal ColónEn 1451 habría nacido en Génova, Cristoforo Colombo, el mayor de cuatro hijos de una pareja de tejedores, Domenico y Susana Colombo. La República de Génova estaba entonces en su apogeo; debía su riqueza al comercio con el Oriente. El puerto de Génova recibía numerosos navíos que surcaban el Mediterráneo.

El joven Cristoforo pensaba dedicarse al negocio de lanero que aprende de su padre. Pero no podía impedirse mirar los navíos ir y venir en el puerto.

Los hermanos Centurioni, los más grandes banqueros de la República, buscaban buenos e intrépidos vendedores que no temieran la mar, y así contrataron a Cristoforo Colombo. Junto a ellos realizó entonces su primer viaje marítimo hacia la isla de Chio en el Mar Egeo. Después fue a Madeira para traer azúcar y partió a Túnez para buscar especias.

En 1476, los turcos tomaron el puerto de Gaffa y bloquearon las vías comerciales hacia el Oriente. Los banqueros genoveses giraron entonces hacia el Atlántico, África del Norte y Europa. El 1 de agosto, el Bechalla, navío mercante donde se encontraba Cristoforo, fue hundido por una escuadra francesa. Cristoforo saltó al mar y, aferrándose a los restos del navío, salvó su vida y alcanzó las costas portuguesas.

Algunos días más tarde, Cristoforo Colombo fue a Lisboa donde pasó a llamarse Cristovao Columbo. Los marines portugueses dominaban ya los viajes en alta mar. Para llegar a Mina, en Guinea, de donde ellos traían el oro, las especias y los esclavos, se alejaban de la costa y franqueaban ampliamente las islas del Cabo Verde a fin de encontrar vientos favorables para el regreso. Colón, siempre trabajando para los hermanos Centurioni, se apasionó por la cartografía, la cosmografía y las ciencias marítimas. Leyó numerosas obras sobre esos temas, incluido el estudio de Ptolomeo, el cual le aportó la certeza de la redondez de la tierra. Poco a poco es persuadido de que existe una ruta al oeste, más allá del Atlántico, hacia las Indias.

En el curso de un viaje en otoño de 1476, bordeando Irlanda, Colón observó las mareas más importantes que jamás hubiese visto. Sólo la existencia de tierras explicarían ese fenómeno. En las tabernas irlandesas tomó conocimiento de relatos vikingos que, 500 años antes, habrían descubierto una tierra que ellos llamaron Vinland. "En el año mil, Leiv Erickson, hijo de Erick el rojo, navegando hacia Groenlandia, tocó Terra-nova donde fueron cazados por los indígenas tres años más tarde. Los Vikingos reencontraron la ruta de su patria pero olvidaron el camino que llevaba a Vinland (Labrador)".

En 1480, Colón se instaló con su esposa, Doña Felipa, en Porto Santo, cerca de la isla de Madeira. Navegó hacia las costas africanas y estudió los vientos y las corrientes venidas del oeste. Varias cuestiones lo intrigaban: ¿de dónde venían las piñas arrastradas por el mar? ¿Por qué empujaba plantas y flores a Madeira y a ninguna otra parte? ¿De dónde provenían esas extrañas esculturas en madera que los marineros habían recogido en alta mar? Cristóbal Colón estaba persuadido: existía una tierra al oeste. En adelante, no vivió más que con la idea de descubrir esta nueva ruta que lo hiciera llegar a las Indias. Pero utilizando las millas italianas en lugar de millas árabes, sus cálculos le hacían ubicar la China en el lugar del continente americano, del cual él ignoraba la existencia.


Colón intentó convencer al rey de Portugal, Juan II, de su empresa para descubrir una nueva ruta a las Indias. El rey le acordó una audiencia pero prefirió mantener los viajes a lo largo de la costa africana. Procediendo así, los navegantes portugueses esperaban alcanzar las Indias contorneando África por el sur.




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