Uruguay: Historia de Uruguay



Santo Domingo Soriano

Los amerindios charrúas fueron los primeros pueblos en habitar el actual Uruguay. La llegada de los europeos data de 1516, cuando el territorio fue descubierto por el explorador español Juan Díaz de Solís, quien navegó en el río de La Plata. Sin embargo, las tentativas de colonización europea fueron desalentadas largo tiempo por los charrúas.

Entre 1680 y 1683, disputando la posesión española de la región, los colonos portugueses establecieron varias colonias a orillas del río de La Plata, entre ellas la de Sacramento. Los españoles continuaron sin embargo su progresión y fundaron la ciudad de Montevideo, en 1726, antes de establecerse sobre la Banda oriental, al este del río Uruguay. Las rivalidades hispano-portuguesas continuaron en el curso del siglo XVIII, para acabarse en 1777, con el establecimiento de la autoridad española en toda la región, dependiente del virreinato de Buenos Aires.

Sin embargo, en 1810 y 1811, bajo la conducción del general José Gervasio Artigas, revolucionarios uruguayos se unieron a patriotas de Buenos Aires, en revuelta contra España. Las autoridades españolas fueron entonces expulsadas de Montevideo, en 1814, y un gobierno nacional fue constituido en 1815. Pero los portugueses de Brasil aprovecharon de la situación y decidieron invadir el territorio. La conquista portuguesa se acabó en 1821, con la anexión de la región bajo el nombre de Provincia Cisplatina.

No obstante, esta dominación no fue aceptada por todos y un grupo de insurgentes, llamados los Treinta y Tres Inmortales comandados por Juan Antonio Lavalleja, reivindicaron nuevamente la independencia de su país en 1825; ayudados por Argentina, combatieron con éxito a los brasileños en una guerra que duró dos años. La independencia de Uruguay fue finalmente reconocida en 1828.

La República Oriental (Uruguay) fue instaurada y una nueva Constitución fue proclamada en 1830. Pero la independencia del país fue rápidamente seguida de tensiones que terminaron en una guerra civil. Esta se cristalizó alrededor de partidarios del presidente Manuel Oribe y del primer presidente del país, Fructuoso Rivera; los primeros, conservadores, eran llamados "blancos", y los segundos, liberales, "colorados", en razón del color de sus respectivas banderas. La "gran guerra" entre los dos partidos estalló en 1839 y se prolongó hasta 1851. Seguido a este conglicto interno, Uruguay, aliado a Brasil y Argentina, participaba en una guerra contra Paraguay, a partir de 1865 y hasta 1870.

De 1865 a 1958, fueron los liberales que conservaron el poder en Uruguay. Uno de sus dirigentes, José Batlle y Ordóñez, marcó la historia del país. Durante su presidencia, entre 1903 y 1915, instauró un régimen democrático colegiado y fueron puestas en marcha reformas tendientes a promover el progreso económico y social del país. Uruguay se volvió pronto conocida como una de las naciones más progresistas de América del Sur.

Los años '50 vieron la victoria de Andrés Martínez Trueba, del Partido Colorado. En 1952, una enmienda constitucional abolió el cargo de presidente y transfirió el poder ejecutivo al Consejo Nacional, un gobierno colegiado de nueve miembros.

En 1958, después de 93 años de gobierno colorado, el Partido blanco ganó las elecciones con una aplastante mayoría. El nuevo gobierno impulsa reformas económicas; sin embargo, debió hacer frente a la agitación popular y a problemas sociales.

Los blancos permanecieron en el poder hasta 1966. Este año, los dos partidos se pusieron de acuerdo para sostener una medida tendiente a restablecer el sistema presidencial, la cual fue aprobada por referendum, en noviembre. Esta nueva constitución entró en vigor en febrero de 1967. Al mismo tiempo, las elecciones generales fueron ganadas por los colorados y el general Oscar Daniel Gestido fue elegido presidente. A la muerte de Gestido, el vicepresidente Jorge Pacheco Areco le sucedió y emprendió una política anti-inflacionista. Pero la situación económica permanecía crítica; provocó una gran agitación y una organización de guerrilleros llamados los "Tupamaros" intensificó sus ofensivas, en vistas de derrocar el gobierno.

En la elección del 28 de noviembre de 1971, el candidato colorado, Juan María Bordaberry, ganó la presidencia. Sin embargo, el país era presa de una escalada de violencia, que culminó en abril de 1972, con enfrentamientos entre los Tupamaros y el ejército. El Congreso declaró entonces el estado de sitio y suspendió las garantías constitucionales. Además, a lo largo de todo el año, las huelgas se multiplicaron, en reacción a la política económica y social rigurosa llevada por el gobierno. La inflación aumentó y la moneda fue devaluada varias veces.

Bordaberry fue destituido en junio de 1976. Aparicio Méndez fue entonces elegido para la presidencia por un nuevo Consejo de la Nación, compuesto por 25 civiles y 21 oficiales militares. Las primeras decisiones gubernamentales se orientaron hacia un endurecimiento del poder: privación de derechos políticos y encarcelamientos arbitrarios; las violaciones a los derechos humanos por el ejército fueron endémicas. Además, el poder militar intentó instituir una nueva constitución, sometida a un referendum en noviembre de 1980, pero fue rechazada. El 1 de septiembre de 1981, el general Gregorio Álvarez fue instalado en la presidencia de la República, pero chocó con la difícil situación interior.

Progresivamente, los diversos partidos políticos fueron legalizados y se desarrolló una nueva elección presidencial. Ella resultó en la victoria de Julio María Sanguinetti, miembro del Partido colorado, quien entró en funciones el 1 de marzo de 1985. Una ley de amnistía, cubriendo todos los miembros del ejército acusados de violaciones a los derechos humanos entre 1973 y 1985, fue votada en diciembre de 1986 y confirmada por referendum, en abril de 1989. En noviembre del mismo año, Luis Alberto Lacalle del Partido Nacional (o Partido Blanco) fue elegido presidente.

La elección de noviembre de 1994 vio de nuevo la victoria de Julio María Sanguinetti, del Partido colorado. Este se lanzó a una reforma del Estado e intentó volver al país competitivo, en particular frente a sus socios del Mercosur, al cual Uruguay había adherido en el mes de marzo de 1991.





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